Pese a lo que se piense acerca del futuro de la relojería y la llegada abrasadora de los relojes digitales, el reloj es y seguirá siendo un símbolo con el cual el hombre puede revelar su personalidad, distinción y estatus.
El valor de la relojería tradicional, ese objeto emocional que también encierra magia e ingeniera pura, seguirá seduciendo a quienes se embelesan con el pasar de las horas y los minutos, quienes disfrutan de un espectáculo de un tourbillon o los que vibran con el impecable sonido de un repetidor de minutos.
Tantos años, larga historia y mucho que contar, así es la relojería. Los personajes que han forjado esta industria está conformada por una larga lista, valientes, empresarios visionarios, relojeros apasionados, irreverentes diseñadores, todos, han jugado a favor de los que amamos el sonido del tic tac.
A principios del siglo XX se comienza a normalizar la presencia de relojes de pulsera, eran exclusivos para las mujeres, ellos preferían los de bolsillo. Todo cambia, evoluciona y se transforma; la funcionalidad, la estética y las necesidades fueron labrando el camino para cambiar un escenario, por ejemplo, la necesidad de los pilotos aviadores obligó a las marcas a pasar del reloj de bolsillo a las muñecas.
Con esta retrospectiva, nos inspiramos para hacer una selección de cinco relojes, todos para momentos y personalidades distintas, pero que, seguramente, se enaltecerán.
Breitling: aventurero y vintage
Breitling nos hace recordar los años dorados de la aviación con el modelo Navitimer B01 Chronograph, creado en en colaboración con la Asociación de Pilotos y Propietarios de Aeronaves (AOPA). La influencia de la aeronáutica la vemos en los detalles del Navitimer, como el bisel de regla de cálculo, una herramienta al aire que auxilia a los pilotos en los cálculos durante el vuelo.
Se presenta con una caja en acero inoxidable con 43 milímetros de diámetro, así como carátula negra y vivos en color rojo y toques plateados. La correa de piel con inspiración vintage complementa el estilo nostálgico de los setenta. Y, para un Navitimer, es necesario un corazón robusto que lo haga latir, un movimiento mecánico de cronógrafo que se ha elaborado in house que permite una autonomía de casi 70 horas.
Montblanc: explorador y amante de la naturaleza
El modelo 1858 Geosphere de Montblanc, una edición limitada a 1858 piezas, tiene mucha personalidad, y para no perder la línea de la aventura, nos referimos a esta pieza como un explorador de la montaña. Los códigos vintage están directamente arraigados con la naturaleza, con los rasgos del alto rendimiento de los cronógrafos Minerva originales de 1920 y 1930. Los modelos de esta colección concentran la esencia de la tradición para transformarla en una interpretación que se adapta a la vida moderna con tendencia contemporánea gracias al uso y fusión de materiales, en especial el bronce que evoluciona y toma una pátina única en cada pieza.
Su rendimiento lo debemos a un movimiento mecánico con cuerda automática con una reserva de marcha de 42 horas. La caja está hecha de bronce y se propone con un diámetro de 42 milímetros y bisel bidireccional con cerámica negra. La carátula es en color negro con números arábigos en color beige recubiertos con Super LumiNova®. ¿Quién usaría este reloj? Definitivamente alguien de estilo libre y que vive su vida de manera auténtica y que, además, ama estar en armonía con la naturaleza.
Bvlgari: coleccionista
Vamos a la tercera opción que ya se ha convertido en los objetos más deseados por los coleccionistas y aficionados de la alta relojería. Nos referimos al Octo Finissimo Skeleton de Bvlgari, una marca que en los últimos años ha acumulado varios récords por su destreza en el desarrollo de relojes ultradelgados.
Es ligero y con arquitectura contemporánea que rinde homenaje al equilibrio y la perfección de las construcciones antiguas de origen italiano. Para lograr un reloj de este nivel, es necesaria la meticulosidad en el detalle, de ello dependerá que la inmersión al corazón sea fascinante. Un reloj de absoluta belleza no se logra sin la habilidad técnica del relojero.
La caja de 40 mm de diámetro fabricada en titanio aloja el movimiento mecánico de cuerda manual (calibre BVL 128SK), que late a 28,800 vibraciones por hora con una autonomía de 65 horas. Ligero y con un grosor de 2,35 mm, se posiciona como uno de los relojes más delgados del mundo. El principio estético de Bvlgari trae como consecuencia natural guardatiempos excepcionales dignos de pertenecer a las colecciones más envidiadas.
Omega: libre y apasionado del agua
Continuamos con un miembro de la colección Seamaster, un reloj que se presentó por primera vez en 1957 y es, sin duda, uno de los relojes más emblemáticos del mundo submarino. Por sus prestaciones y fiabilidad, sigue siendo de los favoritos de buzos profesionales. El nuevo Seamaster 300 Bronze de Omega ostenta la categoría de Master Chronometer y es más delgado que versiones anteriores. Cuenta con una garantía de cinco años y lo impulsa el movimiento OMEGA Co-Axial Master Chronometer Calibre 8912.
La cronología en la historia de la relojería es interesante incluso si lo vemos como referente del momento social que se vivía en determinada época. Como contexto del nacimiento de este modelo, al finalizar la Segunda Guerra Mundial la gente adoptó una necesidad de salir y explorar, de abrazar una sensación de aventura y libertad. Varias marcas relojeras, incluyendo Omega, percibieron esas necesidades y crearon relojes que los acompañarán en esta nueva vida. Ahora entendemos más el nacimiento en 1957 de la trilogía que incluía el Speedmaster, el Railmaster y el Seamaster 300.
Panerai: activos y deportistas
Por último, pero no menos importante, el modelo Luminor Chrono Automatic (PAM01110) de Panerai es un gran aliado para los hombres activos y deportistas. Posee un movimiento mecánico automático con calibre P.9200, íntegramente realizado por Panerai, con una frecuencia de 28,800 alternancias por hora, una reserva de marcha de 42 horas y por supuesto, un dispositivo antichoque Incabloc®.
La caja de 44 mm en acero satinado AISI 316L se muestra una carátula en color azul, números arábigos e índices luminiscentes para permitir una mejor legibilidad. Un cronógrafo que permite una hermeticidad de 100 metros.
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