El lujo se está redefiniendo. Más allá de la ostentosidad, como lo fue alguna vez, ahora tiene que ver con belleza, artesanía, excelencia técnica e innovación. Como dos cabezas, dos talentos y dos conocimientos siempre serán mejor que uno, las colaboraciones hechas a la medida dan frutos asombrosos.
¿A qué se debe esta introducción? Porque, por primera vez en la historia, se diseñaron dos relojes tourbillon de BOVET 1822 en conjunto con la producción de la carrocería de un Rolls-Royce. Por si fuera poco, los relojes no se limitan a ser instrumentos del auto. Gracias a la adaptación del sistema convertible patentado denominado Amadeo, pueden transformarse en un reloj de bolsillo, de pulsera, e incluso, de escritorio.
El gran desafío
¿Cómo surgió este concepto? La Casa Relojera comparte que, aunque parezca increíble, todo comenzó por un coleccionista, quien deseaba un Rolls-Royce a la medida y dos relojes Bovet, uno para él y otro para su esposa. De ahí nació una aventura que duraría tres años, la cual incluyó el grandioso desafío de montar los dos relojes mecánicos con tourbillon en el tablero del vehículo, algo que no se había hecho antes.
Para lograrlo, los relojes se convirtieron en un elemento más del vehículo, por lo que cada uno de los 51 componentes de Bovet que conforman el soporte y el reloj se probaron de forma exhaustiva, incluyendo aspectos como la temperatura, humedad, vibración y ruido, hasta pruebas de choque y seguridad. De esta manera, ¡las piezas de relojería están sujetas a las normas de los estándares de producción de automóviles!
Por si fuera poco, como también tenían que ser relojes para portarse en la muñeca, el desarrollo del soporte fue clave para lograrlo. Así, las dos piezas relojeras pueden colocarse al frente y al centro dentro de la fascia del modelo Boat Tail. ¿Cómo lo lograron? La Casa Relojera explica que mantuvieron todas las partes mecánicas del sistema en el exterior del tablero. Es decir, el tablero de instrumentos es el soporte que está equipado con todas las piezas mecánicas.
Seguramente te preguntarás, ¿qué tan precisos son estos relojes? Tienen una reserva de marcha de cinco días y, como es de esperarse, mantienen su precisión incluso en posición vertical gracias al tourbillon. Si consideramos que se destinaron 3 mil horas en todo el proyecto, ¡el resultado tenía que ser sublime!
La era de la personalización
La personalización, producto de la petición de un cliente, se convirtió en algo espectacular y sin precedentes. Para Rolls-Royce, el modelo Royce Boat Tail es prueba de la historia y de las raíces de la marca en lo que refiere a la construcción de carrocerías. En palabras de Torsten Müller-Ötvös, director ejecutivo de Rolls-Royce, “representa una oportunidad para que unos pocos elegidos participen en la creación de comisiones personales absolutamente únicas de importancia histórica futura“. Mejor dicho, imposible.
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