agosto 27, 2021

Cada Casa Relojera tiene su propia identidad con base en los valores que se establecieron desde sus raíces. La tradición es uno de los ejes que predominan en cada pieza, a pesar de los avances tecnológicos y la vanguardia técnica. En el caso de TAG Heuer, no podemos negar que es una de las firmas más reconocidas a nivel mundial, apreciada tanto por los amantes de la relojería, como por los no conocedores.

Su presencia y su nombre resuenan en numerosos hitos históricos, especialmente aquéllos relacionados con la velocidad. Su eslogan «Don´t crack under pressure» no es coincidencia. La búsqueda por la precisión y el desarrollo de instrumentos de medición confiables, incluso en situaciones de alta velocidad y adrenalina, es una de sus principales motivaciones.

A pesar de los relojes vanguardistas que ofrecen actualmente, su historia se remonta a 1860, cuando el joven Edouard Heuer de 20 años crea sus primeros relojes de bolsillo y establece la compañía Ed. Heuer & Co. S.A. en Saint-Imier. A partir de allí se forjaría un largo camino con diversos legados. Por ejemplo, en 1887 presentó el piñón oscilante, un sistema que permitía el accionamiento del cronógrafo con total precisión, revolucionando la relojería.

Desde 1911 inició su huella en el mundo del automovilismo al diseñar un instrumento para instalarse en los tableros. Sin embargo, lo mejor estaba por venir. En 1916, además de lanzar el Microsplit, Edouard y su hijo Charles-Auguste desarrollaron el primer cronógrafo capaz de registrar la centésima de segundo latiendo a una velocidad de 360 mil a/hora: el Mikrograph. A partir de ello, la marca fungió como Cronometrador Oficial de tres Juegos Olímpicos: Amberes 1920, París 1924 y Ámsterdam 1928.

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Posteriormente, entre 1933 y 1958, la marca se centró en la fabricación de cronógrafos de pulsera como el modelo Autavia, un reloj para pilotos de avión o automovilismo, inspirado en los cuadros de instrumentos de los vehículos.

Como en toda historia, llega un cambio que define el rumbo a seguir. Así fue 1958, año en que Jack Heuer asumió la presidencia. A partir de allí, llegarían modelos que hoy en día son de los más emblemáticos. Ejemplo de ello fue en 1962, cuando Jack Heuer se enteró de La Carrera Panamericana mientras asistía a las 12 Horas de Sebring, donde conoció a Pedro y Ricardo Rodríguez, y a su mamá.

Aunque no lo creas, fue en ese momento, en la plática, que surgió el nombre de un icono. En palabras de Jack Heuer: «Al escucharlos hablar de La Carrera con Juan Manuel Fangio, un viejo amigo de la marca que ganó la carrera en 1953, dejé volar mi imaginación. El nombre en sí sonaba elegante, dinámico, fácil de pronunciar en todos los idiomas y cargado de emoción. Entonces supe que mi nuevo cronógrafo era el tributo perfecto a esa leyenda: Carrera.«

Así, en 1963, Heuer lanzó el cronógrafo Carrera diseñado para que los pilotos de competencia tuvieran una gran legibilidad gracias al diseño de la carátula. El nombre fue perfecto si consideramos que es una de las leyendas más importantes del motorsport, debido a que se trata de una compleja y peligrosa carrera tipo rally de resistencia que se originó para inaugurar los tramos de la nueva carretera Panamericana en 1950, siendo un atractivo para turistas e inversionistas.

Para 1969, los cronógrafos deportivos ya eran una referencia en la industria, con Autavia, Carrera y Monaco. Jo Siffert, piloto suizo de F1, fue el primero en ser seleccionado como embajador de una marca, lo cual le dio exposición a la compañía en un evento de esta envergadura.

Un momento histórico y memorable está relacionado con el Monaco utilizado por Steve McQueen en Le Mans 1971. Todo comenzó cuando Haig Alltounian, mecánico jefe de Le Mans, fungió como mecánico personal de Steve McQueen durante la filmación.

Como agradecimiento, le regaló uno de los Monaco que se usaron durante el rodaje y que, incluso, portó el último día de filmación. Nada más y nada menos, este reloj fue usado por McQueen conduciendo el Porsche 917 a velocidades superiores a 320 km/hora a través de la recta de Mulsanne del circuito de carreras de Le Mans.

En palabras de Haig Alltounian: «Cuando Steve salió del Porsche 917K, su familia se apresuró a abrazarlo. Luego caminó hacia la parte trasera del automóvil donde yo estaba atendiendo. Se desabrochó el reloj y me lo entregó y dijo: Quiero que lo tengas. Gracias por mantenerme con vida todos estos meses. Me resistí y me negué, pero Steve sonrió y dijo: Demasiado tarde, ya tiene tu nombre.» Después de dos años de uso tras recibirlo, Alltounian lo guardó en una caja de seguridad durante casi 50 años. No por nada, ha sido uno de las piezas más apreciadas.

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Continuando con la historia, en 1985, Techniques d´Avant-Garde adquirió la compañía, lo cual le daría un mayor impulso, modernidad y exposición a nivel mundial. Más todavía cuando, en 1999, LVMH, adquirió la marca. ¿Qué es LVMH? Nada más y nada menos, es el grupo líder en lujo a nivel mundial con sede en París, dueño de 76 marcas y encabezado por Bernard Arnault, una de las personas más ricas del mundo.

Además de los modelos Autavia, Monaco, Carrera y Fórmula 1(el cual fue presentado en 1986), Aquaracer es una de las familias más reconocidas en la práctica del buceo profesional. Otros modelos históricos incluyen: Solunar, Ring-Master, Centigraph, Sports and Elegance, Link, Calibre 1887 y el smartwatch Connected.

Para cerrar con broche de oro, la compañía, cuya sede actual es La Chaux -de- Fonds, anunció en 2021 su alianza con Porsche, presentando la pieza TAG Heuer Carrera Porsche Chronograph Special Edition. No es de extrañarse por la larga historia que comparten, incluyendo su colaboración en el TAG Heuer Esports Supercup Porsche, en el que la marca relojera es Cronometrador Oficial de este campeonato virtual.