Existen muchas marcas relojeras que afirman ser más antiguas que Patek Philippe. Sin embargo, la mayoría de ellas, ha interrumpido su producción en algún momento y regresan después de largos periodos para darle seguimiento a la marca; frecuentemente, en manos de personas que no necesariamente están relacionadas con la industria.
Patek Philippe no necesita una carta de presentación. Tanto el círculo de coleccionistas más exigentes, como amantes de la relojería, valoran y respetan a la Casa ginebrina con una trayectoria de 182 años, poseedora de piezas excepcionales que, además, podemos disfrutar en su Museo en Ginebra, Suiza.
Hoy en día, es la Casa con mayor prestigio, el fabricante de relojes mecánicos finos; una empresa familiar (de las pocas que aún siguen siendo propiedad privada) que se ha esforzado por demostrar que en pleno siglo XXI no todo es industrializado, ni mucho menos consumo masivo. Siempre hay un lugar especial para las manos que hablan a través de una manifestación artística.
Vamos a un breve resumen acerca del surgimiento de un celoso vigilante del tiempo, sí, Patek Philippe.
Historia
En 1839, Antoine Norbert de Patek decide establecer una fábrica de relojes con su amigo, el relojero François Czapek; en ese momento, se registra una sociedad con el nombre de Patek, Czapek & Cie. La luna de miel duró únicamente seis años, hasta que se liquidó y Patek inicia la búsqueda de relojeros para continuar su sueño.
En el año de 1844, en la ciudad de París, llega a sus oídos el nombre de Jean Adrien Philippe, un relojero que había inventado un reloj de bolsillo. La hazaña mecánica era que se podía dar cuerda sin la necesidad de utilizar una llave, solo necesitaba una corona. Después del encuentro con él, transcurre un año y surge, en Ginebra, la empresa Patek & Cie.
Antoine Norbert 
Jean A_Philippe 
El acuerdo inicial era que Philippe se encargaría de la dirección en el área técnica de la empresa, pero, en 1851, se hace socio y conforman una alianza. Esta vez, deciden que el nombre de Jean Adrien Philippe figurara en el nombre del negocio; es así como cambia a Patek, Philippe & Cie. Sin duda, una buena mancuerna: mientras que Philippe adoptó los procesos de producción modernos, aquellos que simplificaran los procesos, Patek se esforzó por un marketing que posicionara a la marca como los relojes más buscados y hermosos del mundo.
Después del fallecimiento de los fundadores y debido a una crisis mundial (desplome de Wall Street de 1929, también conocido como Martes Negro y el inicio de la Gran Depresión que duraría 12 años), en 1932, la empresa sufre dificultades financieras y busca un comprador. Es aquí donde aparece el apellido Stern, sí, el mismo que hoy en día sigue figurando.
Así va la historia. La empresa ‘Cadrans Stern Frères’, a cargo de Charles y Jean Stern, era la proveedora de Patek Philippe, siendo los mejores en la producción de carátulas de alta calidad. Su relación no se limitaba a lo profesional, sino también de amistad y complicidad en el deseo de perpetuar la tradición relojera suiza.
En 1934, Charles Stern es nombrado presidente de la junta directiva, y su hijo Henri Stern también se une a la empresa con la visión de conquistar otros mercados. Esto lo logró a través de la Henri Stern Watch Agency en Nueva York en 1946. Era el único distribuidor de relojes Patek Philippe para los EE. UU. Posteriormente, Henri Stern fue nombrado presidente y director ejecutivo en 1958.
La marca Patek Philippe ha demostrado que la tradición no se pelea con la innovación, su historia es congruente con este principio. En 1949 y 1951, Patek Philippe obtuvo patentes para su balanza Gyromax, un invento que permitió que la velocidad de un movimiento se ajustara con precisión únicamente alterando el momento de inercia de la balanza.
El hijo de Henri, Philippe Stern, nacido en 1938, pasó parte de su infancia en Estados Unidos. Su relación con la relojería era tan natural como obvia, y gracias a su estilo de vida, estaba familiarizado con las tendencias de aquella época. Después de iniciarse e interesarse en la tecnología de la información, se integra a Patek Philippe en Ginebra en 1966.
Uno de sus primeros aciertos fue el Nautilus Ref 3700/1A, lanzado en 1976 bajo el lema: “Uno de los relojes más caros del mundo está hecho de acero”. El Nautilus iba a ser su pieza de jornalero y, como sabemos, sigue siendo un clásico, un reloj Patek Philippe por excelencia diseñado por Gerald Genta.
En 1989, para conmemorar el 150 aniversario de la fabricación, Patek Philippe desarrolló el que es uno de los relojes portátiles más complicados del mundo: el Calibre 89 con 33 complicaciones. Por supuesto, no es el único en registrar un récord por sus complicaciones.
En 1993, Henri Stern transfirió la presidencia a su hijo Philippe y, en 1994, el hijo de Philippe Stern, Thierry, se incorporó a la empresa como miembro de la cuarta generación de la familia. Hoy, sigue en la dirección y con la misma filosofía: la independencia total es indispensable para asegurar la calidad de los productos de la empresa sin ningún tipo de compromiso.
En la actualidad, Patek Philippe sigue siendo la estrella en las subastas, cumpliendo sueños y caprichos de la gente con gustos sofisticados y exigentes. Los relojes Patek Philippe son unos de los más buscados en la comunidad de coleccionistas, el valor en las subastas lo reflejan.
Sotheby’s, en Nueva York, vendió un reloj de bolsillo fabricado para Graves en 1933 – una “supercomplicación” con 24 complicaciones – por 17 millones de francos suizos, un récord que se mantiene hasta el día de hoy.
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Recuerda que estos y otros relojes Patek Philippe están disponibles para ti. Consulta con nuestro Concierge (998) 109 0940, quien estará encantado de estar en contacto contigo.
