Seguramente te lo has preguntado, así como múltiples coleccionistas y entusiastas a la relojería. El problema no es plantear la pregunta, sino encontrar una respuesta. No la hay, no existe. La enorme riqueza de propuestas, segmentos y oferta nos mantienen en debate continuo, lo cual es virtuoso y asegura el futuro de la industria. Sin embargo podemos presentar algunos criterios a fin de que tú formes tu opinión.
5 criterios básicos para ser considerado Alta Relojería
- Legado: la historia y el patrimonio de la marca. En el caso de nuevas firmas de relojería, esto se determinará de acuerdo al historial de su presencia en la industria relojera y a la innovación de sus conceptos.
- Manufactura: directamente el movimiento, corazón del reloj, debe de responder a la fabricación y/o diseño de éste de manera interna. Así como a la capacidad de dominar el arte de las complicaciones en sus diferentes categorías: astronómicas, sonerías y de tiempo.
- Acabados: el finishing de un Alta Relojería debe de ofrecer un elevado nivel de decoración hecho a mano. Côtes de Genève, guilloché, perlage, achaflanados, biselados, pulidos y cepillados no sólo a la caja y brazalete, sino al calibre mismo.
- Artesanía: los oficios deben formar parte de la fabricación, como el esmaltado, la miniaturización, el engastado, la marquetería, etcétera.
- Hecho a mano: en un elevado porcentaje, montado por completo por relojeros, regulado y supervisado por horas hombre, con o sin ayuda de maquinaria especializada. No todos los relojes de Alta Relojería están íntegramente hechos a mano, pero sí un elevado porcentaje.
¿Qué es la Holy Trinity de los relojes?
La frase fue popularizada desde mediados de los años 70, justo cuando la crisis del cuarzo comenzaba a hacer estragos. Con ello podemos darnos cuenta que la selección estaba ligada a la época y a lo que en aquellos años se aceptaba como el máximo nivel relojero.
En aquel entonces se reconoció a: Patek Philippe (1839), Vacheron Constantin (1755) y Audemars Piguet (1875), todas ellas propiedad de familias independientes: Stern, Ketterer y Audemars respectivamente. Si bien cada una de ellas expresa al máximo la esencia de la relojería, múltiples editores, coleccionistas y aficionados acreditan a Breguet o Jaeger-LeCoultre como parte de la Trinidad, y razones sobran.
Si Abraham-Louis Breguet es considerado el máximo genio relojero de la historia, ¿por qué no se le consideró parte de la Trinidad? En 1870 Louis Francois Breguet vendió la empresa a Edward Brown, familia que mantuvo el control de la empresa hasta los años 70, cuando la marca cambió de propietarios en múltiples ocasiones hasta ser adquirida por Swatch Group en 1999.
Una situación similar ocurrió con Jaeger-LeCoultre, que en 1965 se había fusionado con Favre-Leuba en el grupo SAPHIR. Posteriormente el 65% de la firma se vendió a VDO Automotive (propietario en su momento también de IWC) a fin de financiar la reestructuración de la empresa. Fue entonces cuando Günter Blümlein asumió la responsabilidad de ambas marcas y creó Les Manufactures Horlogéres (LMH), precursor de Richemont.
¿Por qué no está considerada Rolex en la Trinidad relojera?
La firma optó por un camino de excelencia, precisión, servicio postventa y creación de marca. No así por la línea de las altas complicaciones y la manufactura – acabados manuales, pese a que sí genera complicaciones y sus relojes, tolerancias, sellos, mantienen a la relojería en constante progreso. Básicamente se encuentra en una categoría propia.
¿Qué es la Alta Relojería?
Esencialmente es la relojería mecánica tradicional sustentada por el mérito artístico, la precisión mecánica, el nivel de acabados y las horas hombre inherentes a la fabricación. La adición de complicaciones es un must, mientras que los sellos de calidad respaldan lo anterior, como el Poinçon de Genève, el Patek Philippe Seal, etcétera.