Nacido en la década de 1960, el Ranger es el heredero de uno de los relojes más importantes en la historia de Tudor. Nos referimos al Oyster Prince, que fue el primer modelo automático y hermético de la marca. Tras unos años de ausencia, el Ranger reaparece con una caja de 39 mm de diámetro en acero inoxidable y un diseño que recupera los elementos primordiales del original, con algunos toques actuales que lo vuelven muy atractivo.
El Ranger está rodeado de una mística que vale la pena recordar. Por ejemplo, aunque el primer modelo llamado Ranger apareció hasta la década de 1960, Hans Wilsdorf, el visionario fundador de Rolex y Tudor, registró el nombre en 1929. Antes de emplearlo para un producto específico, se usó para dotar de una sensación aventurera a algunos relojes de la firma.
De hecho, las raíces del Ranger se remontan a los 30 relojes Oyster Prince que acompañaron a la British North Greenland Expedition hace 70 años. En esa expedición, que partió de Londres el 8 de julio de 1952, un grupo de científicos y militares permaneció durante dos años en Groenlandia para hacer estudios glaciológicos, meteorológicos y sísmicos, entre otros, a temperaturas de hasta -66ºC. Tudor les pidió que recopilaran datos del rendimiento de los relojes. Así, fue en las muñecas de esos valientes pioneros de la exploración ártica que el Oyster Prince adquirió una reputación notable por su robustez.
El nuevo Ranger tiene la sencillez de esos relojes en los que no había lugar para lo superfluo. Como en el modelo de los años 60, se prioriza la legibilidad, por lo que la carátula tiene un granulado negro mate. Los grandes números a las 12, 3, 6, y 9 son parte esencial de la estética Ranger, al igual que las manecillas con forma de flecha. La novedad es que la punta del segundero es de color burdeos. Tanto los números como los marcadores de las horas tienen un revestimiento luminiscente en color beige, que asegura un buen contraste y le da un aire retro. También combina con el tono del logotipo de Tudor y la palabra Ranger que está en la posición de las 6 horas.
La caja y el brazalete tienen un acabado satinado para que el Ranger posea un sobrio aspecto mate. Sin embargo, ciertos elementos se pulen para reforzar las líneas de la caja. Además del tamaño, que en el reloj original era de 34 mm y ahora es de 39 mm, otro cambio importante es el del mecanismo. Como corresponde a un Tudor actual, está equipado con el calibre MT502 de carga automática fabricado por la marca y certificado por el Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC). Además de su precisión, ofrece una generosa reserva de marcha de 70 horas.
Tudor acostumbra a equipar sus piezas con varias opciones de correa, y el Ranger no es la excepción. Está disponible con una increíble correa de tejido Jacquard en verde oliva con dos bandas rojas y una beige, elaborada artesanalmente por la empresa de Julian Faure en la región francesa de Saint-Étienne. También se puede escoger con una correa de caucho natural y cuero negro tipo tejido con costuras beige. O con un brazalete de acero equipado con el sistema T-fit de ajuste rápido que ofrece cinco posiciones sin el uso de herramientas y permite aumentar la longitud total hasta 8 mm.
Ficha técnica
Caja: 39 mm, acero satinado
Movimiento: mecánico de cuerda automática
Calibre: MT5402
Frecuencia: 4 Hz o 28,800 alt/h
Reserva de marcha: 70 horas
Funciones: horas, minutos y segundos
Carátula: negra, abombada
Correa: brazalete de acero con cierre de seguridad Tudor T-fit, correa híbrida de caucho y cuero, o correa de tejido verde con bandas rojas y beige
Hermeticidad: 100 metros
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