No es complicado, es complejo y es hermoso: Breguet Classique Tourbillon 3358

Complicaciones relojeras así las conocemos, sin embargo podríamos decir que son complejidades relojeras. La barrera que separa la relojería fina de la alta relojería es la complejidad de sus funciones; las soluciones mecánicas generadas para resolver un problema, una complicación.

Abraham-Louis Breguet es reconocido como el más grande dentro de los maestros relojeros y razones sobran para justificarlo. Es el amo de las «complicaciones» y dentro de ellas destaca el tourbillon que, si sigues la relojería habrás notado el incremento sustancial de éste en los últimos 20 años.

No es complicado, es complejo y es hermoso: Breguet Classique Tourbillon 3358

¿Qué es el tourbillon?

Lo inventó Breguet en 1798 y patentó en 1801 para los relojes de bolsillo que permanecían en una orientación vertical la mayor parte del tiempo. La fuerza gravitatoria atraía el órgano regulador hacia su centro y ello implicaba desviaciones en la precisión. Breguet construyó una jaula alimentada por el escape y lo echó a volar, a fin de mitigar dichos efectos. Conoce -a detalle- cómo funciona el tourbillon, aquí.

No es complicado, es complejo y es hermoso: Breguet Classique Tourbillon 3358

El tourbillon en los relojes de mujer

Sí, también Abraham-Louis Breguet fue un visionario emprendedor, ya que un alto porcentaje de su exclusiva clientela corresponde a mujeres, destacamos a Carolina Murat (Bonaparte) y a María Antonieta. Así pues, dos nuevas referencias del Classique Tourbillon 3358 fueron presentadas.

No es complicado, es complejo y es hermoso: Breguet Classique Tourbillon 3358

El primero está fabricado en caja de oro blanco con carátula de nácar azul, destacado con un bellísimo cielo nocturno estrellado. Asimismo, y de acuerdo con las preferencias de Abraham-Louis Breguet por las indicaciones descentradas, las horas y los minutos arábigos se muestran en un disco al mediodía y se indican mediante las clásicas y excéntricas agujas con punta de «luna» en oro rodiado.

No es complicado, es complejo y es hermoso: Breguet Classique Tourbillon 3358

La zona central del disco presenta cinco estrellas aplicadas en oro blanco y el número de serie está inscrito a las 4 en punto. El resto de la carátula azul está decorado con una serie de estrellas de diferentes tamaños, seis de las cuales están engastadas con un diamante de talla brillante. La gran abertura ovalada que domina la mitad inferior de la carátula revela el tourbillon de un minuto asegurado por un puente en forma de cometa con 45 diamantes engaste nieve y una espinela azul en el centro, que actúa como piedra pivotante para el chasís del tourbillon. Atrayendo luz a la caja de oro blanco de 35 mm con un grosor de 9,43 mm hay 70 diamantes de talla brillante engastados en el bisel, las asas y la corona.

El segundo modelo está fabricado en caja de oro rosa de 18 quilates y presenta un engaste pavé para caja, bisel, asas, corona y carátula. En total 281 diamantes adornan el el dial. Al igual que el Classique Tourbillon 3358 de oro blanco, la caja hace alarde de un canto estriado y está engastada con 70 diamantes talla brillante, incluido el diamante talla rosa de la corona. La jaula del tourbillon está pulida y coronada por un puente de oro rosa engastado con 14 diamantes con un eje de rubí.

El fondo de caja de zafiro revela la placa base martillada a mano grabada con el nombre de Breguet, el número único del movimiento y el año en que se patentó su tourbillon según el Calendario Republicano (Brevet 7 Messidor An IX). El movimiento 187 D de cuerda manual tiene una frecuencia de 2,5 Hz y una reserva de marcha de 50 horas. Robusto y preciso, el calibre está equipado con una espiral Breguet de acero con una curva terminal Breguet hecha a mano.

El modelo Breguet Classique Tourbillon 3358 de oro blanco viene con una correa de aligátor azul medianoche brillante; el de oro rosa está equipado con una correa de aligátor rojo carmesí, ambas con triple cierre desplegable engastado con 42 diamantes.

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