Se trata de una de las profesiones más antiguas, nobles y primeras de la historia del ser humano, sin embargo los orígenes de la celebración y/o reconocimiento nos lleva al siglo XV, producto de las políticas públicas de universalización de la educación.
A pesar de que contamos con un día específico para celebrar al joyero-relojero, tomamos como «pretexto» la definición de maestro para compartir contigo un listado cargado de talento, visión y genialidad. ¿Quiénes fueron, son, los mejores maestros relojeros de la historia? Deben de ser, por definición, quienes dieron forma a la relojería moderna y sentaron las bases del tiempo civil.
Abraham-Louis Breguet (1747 – 1823)
Relojero suizo nacido en Neuchâtel establecido en París, su elegancia, originalidad e invenciones, como el tourbillon, lo catapultan como uno de los más virtuosos del oficio. Inventó además: el sistema de paracaídas, el escape de áncora con superficie de impulso, la espiral plana y un dispositivo de compensación para relojes y muchos otros. Breguet también cimentó su relojería a nivel global, mudándose a París, a fin de encontrar esa clientela que pudiera financiar sus múltiples ideas y experimentos.
La estima con la que se tenía a Breguet entre la comunidad relojera era igualmente impresionante. Años después de haber comprado el primer reloj Perpétuelle, en 1792 el duque de Orleans viajó a Inglaterra donde visitó a John Arnold y le mostró un reloj que había comprado un Breguet. Arnold visitó inmediatamente París para conocer a Breguet y solicitó que su propio hijo sirviera como aprendiz con él. Abraham-Louis Breguet y John Arnold se hicieron buenos amigos a lo largo de los años siguientes, compartiendo un gran respeto mutuo el uno por el otro; Breguet incluso envió a su propio hijo a Inglaterra para realizar su propio aprendizaje con Arnold.
Lejos de los relojes de bolsillo y de pulsera, Breguet albergaba ambiciones dentro de otras actividades relojeras. A principios del siglo XIX, creó un reloj de péndulo doble que utilizaba el fenómeno de la resonancia para mantener los péndulos perfectamente sincronizados. Otra de sus actividades fue el campo de los cronómetros marinos, una pasión compartida John Arnold. Tal era la calidad de los relojes producidos por Breguet, que en 1815 el rey Luis XVIII lo nombró fabricante oficial de cronómetros de la Armada francesa.
Antide Janvier (1751 – 1835)
Su nombre no es tan conocido ni reconocido como el de su amigo Abraham, pero definitivamente fue uno de los más virtuosos. Nacido en una villa del Jura francés y educado en las lenguas Latina, Griega además de su idioma de origen, desarrolló habilidades matemáticas. Fue el principal precursor de la relojería astronómica y los relojes de doble péndulo o de resonancia, además de fabricar los primeros instrumentos que mostraban el comportamiento de las mareas. Al término de la Revolución Francesa pasó tiempo en prisión y tras la muerte de su esposa vendió sus herramientas y desarrollos a Abraham-Louis Breguet, por lo que se cree que muchas innovaciones presentadas por Breguet fueron ideadas por Janvier.
Christiaan Huygens (1629 – 1695)
Neerlandés, físico, matemático, astrónomo, filósofo, you name it… Más allá de sus increíbles aportes a la ciencia, astronomía y la probabilidad. En el ramo de la relojería fue el inventor del reloj de péndulo en 1656, pero además mejoró el telescopio y perteneció a la Royal Society de Londres, su influencia llegaría hasta personajes de la talla de Isaac Newton, a quien conociera y con el que sostuviera diferentes batallas debido a sus discusiones científicas originadas por la ley de la gravitación universal. Fue Huygens quien sentó las bases del órgano regulador como lo conocemos, miniaturizando al elemento esencial conocido como resorte espiral, el cual continúa siendo base de la relojería contemporánea.
Georges Frédérique Roskopf (1813 – 1889)
Fue un relojero alemán nacido en 1813, nacionalizado suizo, quien ideó un reloj de bolsillo con un costo de 20 francos. Utilizó su experiencia para optimizar el número de componentes al interior, lo que mejoraba el tiempo de fabricación y facilidad de ensamble, además de mantener básico el requerimiento de piezas de difícil producción. A la edad de 16 viajó a La Chaux -de- Fonds con la finalidad de convertirse en relojero, para 1860 comenzó con el trabajo de una pieza especial para el obrero, conocido después como el reloj de los pobres, y a él como el relojero de los pobres. Eliminó un número importante de piezas al colocar el barrilete en posición central y que de ahí partieran las agujas de manera directa gracias a la energía entregada por el muelle real (cuerda). Al término de este razonamiento, ningún relojero quiso trabajar con él y proveerle de cajas y escapes, debido a que esto oponía al alto precio en el que se vendían los relojes en esa época, un adelantado, pues fue el primero que buscó democratizar la relojería.
George Daniels (1925 – 2011)
Relojero autodidacta, el británico no asistió a clases de relojería, aprendió reparando piezas en Inglaterra. Propulsor de la relojería independiente, generó su primer reloj en 1968 y lo conservó hasta su muerte, fabricó una Gran Complicación en los años 80 y la desarrolló de principio a fin. Creador del escape coaxial, adquirido por Omega, ha sido considerado como el mejor relojero de los últimos 250 años. Nació el 19 de agosto de 1926 en Edgware, Londres, y su pasión por la relojería surgió cuando tenía alrededor 5 años. Daniels no provenía de una familia acaudalada, la necesidad lo llevó a trabajar desde pequeño en diferentes industrias, pero nunca abandonó su vocación y tras aprender de relojería –por sus propios medios–, reparó relojes para ganarse la vida. Admirador de Breguet, trabajó por años en su obra y en la restauración de sus piezas. No sólo tuvo la idea de fabricar relojes, sino que lo hizo completamente solo. Desarrolló la habilidad para hacer: caja, ruedas, volante, espiral, carátula, agujas y presentó, en 1968, un tourbillon con escape de retén. Más adelante fabricó también una gran complicación, y todos, absolutamente todos sus relojes fueron pensados de afuera hacia adentro, es decir: diseñó la carátula en respuesta a la mejor funcionalidad, y posteriormente se encargó del movimiento. Daniels fabricó 37 relojes por completo, también desarrolló una serie de 50 relojes de pulsera con el relojero británico Roger Smith. El maestro relojero creó 23 relojes de bolsillo a mano.
John Arnold (1736 – 1799)
John Arnold fue aprendiz relojero de su padre, alrededor de 1755, cuando tenía 19 años, abandonó Inglaterra y trabajó como relojero en La Haya, Holanda, regresando a Inglaterra alrededor de 1757. John Arnold fue el primero en diseñar un reloj que fuera a la vez práctico y preciso, y también introdujo el término «cronómetro» en su sentido moderno, es decir, un cronometrador de precisión. Sus avances técnicos permitieron la producción en cantidad de cronómetros marinos para su uso a bordo de barcos alrededor de 1782. El diseño básico de estos se mantuvo, con algunas modificaciones, sin cambios hasta finales del siglo XX. Su legado incluye, junto con Abraham-Louis Breguet, ser uno de los inventores del reloj mecánico moderno. Uno de sus inventos más importantes, el espiral moderna, que todavía se utiliza en la mayoría de los relojes de pulsera mecánicos.
Fue alrededor de 1770 cuando Arnold desarrolló el cronometrador de precisión portátil, casi desde el mismo momento en que John Harrison terminó su trabajo en este campo. Pero, en comparación con el complicado y costoso reloj de Harrison, el diseño básico de Arnold era simple pero consistentemente preciso y mecánicamente confiable. Es importante destacar que el diseño relativamente simple y convencional de su movimiento facilitó su producción en cantidad a un precio razonable y al mismo tiempo permitió un mantenimiento y ajuste más sencillos.
John Harrison (1693 – 1776)
El relojero inglés y autodidacta diseñó y puso en funcionamiento el primer cronómetro marino de alta precisión, este invento logró resolver el problema de la longitud con exactitud, logrando optimizar los viajes oceánicos de su tiempo, ahorrar recursos y salvar vidas. Al haber nacido en el seno de una familia humilde, sufrió una temprana discriminación y duda respecto a sus innovaciones, ya que no era un hombre «educado». Su primer reloj de péndulo lo fabricó en 1713, antes de cumplir 20 años y como relojero asociado produjo péndulos de parrilla y generó el escape saltamontes. Al trabajar con el fantástico George Graham, Harrison desarrolló la serie de relojes H, que culminó con lo que resolvió el problema de la longitud y pese a que la Junta de la Longitud resolvía no darle el premio propuesto por el rey Jorge III, éste abogó para que se le entregara luego de encontrar que el H-5 brindaba una precisión de un tercio de segundo por día.
Louis Moinet (1768 – 1853)
Revolucionó a la industria relojera y su historia hace apenas diez años, pues se descubrió un cronógrafo suizo de alta precisión firmado en 1815-1816, ¡sí, el primer cronógrafo! Adicionalmente creó piezas de alta complicación, incluyendo sus tourbillones, fue uno de los más virtuosos relojeros de todos los tiempos, trabajó y asesoró a Abraham-Louis Perrelet hasta la muerte de éste en 1823. Asimismo, se convirtió en Presidente de la Sociedad de Cronometría de París y, su bagaje cultural y habilidades en las bellas artes como la pintura y la escultura, le llevaron a pertenecer a la alta sociedad de Francia y todo Europa.
Ludwig Oechslin (1952)
El Dr. Ludwig Oechslin es una figura inusual entre los grandes relojeros de nuestro tiempo. El ex conservador del Museo Internacional de Relojería de La Chaux-de-Fonds (MIH) es un verdadero hombre renacentista, alguien para quien las fronteras habituales entre diferentes disciplinas intelectuales simplemente no existen. Después de graduarse en filosofía clásica, latín, griego y arqueología, se embarcó en un aprendizaje de relojería y al mismo tiempo aprendió por su cuenta matemáticas, astronomía e ingeniería mecánica.
Historiador, arqueólogo, matemático, filósofo y relojero nacido en Gabicce, Italia, pero nacionalizado suizo, Ludwig Oechslin es el ejemplo perfecto de un erudito cuyo conocimiento en diferentes disciplinas alimenta su innovación y creatividad. En la década de 1980, su encuentro con Rolf W. Schnyder convirtió a Ulysse Nardin en una de las marcas de relojes más innovadoras que existen, coronándola con el lanzamiento del Freak en 2001, uno de los relojes más revolucionarios, rebeldes y cargados de innovación de los últimos tiempos. Creó también la trilogía de relojes astronómicos: Astrolabium, Planetarium y Tellurium, además del Sonata. Su visión, pese a parecer altamente compleja, es la de simplificar los elementos relojeros para facilitar las complicaciones, proponiéndolas desde un acercamiento más lógico.
Philipp Dufour (1948)
Nacido en Suiza, en Le Sentier, Jura, es considerado uno de los genios de nuestro tiempo, que toma como vena de aprendizaje las bases de la relojería y nada contra corriente frente a la producción en serie. Fue, además, el primer relojero en incluir una grande sonnerie en un reloj de pulsera. Laboró para Jaeger-LeCoultre en la década de los 60 y posteriormente trabajó con Audemars Piguet. En 1996 presentó su famoso Duality, un reloj que se basaba en el sistema diferencial que promedia los errores entre dos osciladores, innovación que continúa siendo utilizada por varios fabricantes a la fecha. Su lanzamiento Simplicity es considerado uno de los relojes más coleccionables que existen y cuando alguna marca quiere echar un vistazo a cómo se trabajaba en la relojería previo a la revolución industrial, Dufour es la principal referencia.
Cabe destacar a muchos maestros relojeros que han contribuido enormemente a la evolución del arte de medir el tiempo, por lo que no dejaré de mencionar a algunos de los nombres más sobresalientes: Pierre-Jaquet Droz, Antoine LeCoultre, Adrien Philippe, Pierre Michel Golay, Giulio Papi, Dominic Renaud, Felix Baumgartner, Abraham-Louis Perrelet, George Graham, Jean-François Bautte, Rexhep Rexhepi, Kari Voutilainen, Franck Muller, Daniel Roth, Carole Forestier, Christophe Claret, Denis Flageollet, Francois-Paul Journe, Jean-François Mojon, Robert Greubel, Jean Marc Vacheron, Antoine Preziuso, Andreas Strehler, Paul Buclin, Vianney Halter, los hermanos Bart y Tim Grönefeld, Jean Marc Wiederrecht, Laurent Ferrier, Roger Dubuis, Konstantin Chaykin, entre otros virtuosos.
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