Hay muchos momentos fascinantes en la historia de la relojería que han llevado a la industria a su situación actual. Sin embargo, con el paso del tiempo van cobrando o no relevancia dentro de la industria.
Desde el surgimiento del tiempo, como concepto humanizado, hasta las mayores contribuciones a la cronometría, hoy recordamos los 10 hitos más importantes en esta ciencia, cultura y arte.

Relojes portátiles
La invención del reloj portátil por el relojero alemán Peter Henlein en el siglo XVI serviría como prototipo de lo que hoy conocemos como reloj de pulsera. Originalmente se llevaban con cadenas alrededor del cuello, pero debido a la facilidad con la que se dañaban por los elementos, Henlein se vio obligado a modificar su diseño.
Los primeros relojes se fabricaron a finales del siglo XV (alrededor de 1480). Sin embargo, Peter Henlein, relojero de Núremberg, desarrolló la miniaturización de los relojes a principios del siglo XVI (alrededor de 1510). Durante mucho tiempo, la caja de estos primeros relojes tuvo forma ovalada, de ahí el nombre de huevo de Nüremberg.


Espiral
Controlar las oscilaciones de un volante con un espiral fue un avance importante en la historia de la cronometría. Existe cierta controversia sobre si el espiral fue inventado por Robert o por el científico holandés Christiaan Huygens. Es probable que Hooke tuviera la idea primero, pero Huygens construyó el primer reloj funcional con espiral. La aplicación de un resorte de volante a un reloj, que tuvo el efecto de mejorar enormemente su cronometraje, fue desarrollada independientemente por Robert Hooke y Christiaan Huygens, quien patentó un reloj con su diseño en 1675.
La espiral hizo posible la creación de relojes portátiles que mantenían la hora exacta mientras se llevaban consigo. Además, la precisión de los relojes portátiles permitió avances en la navegación. Los cronómetros marinos, basados en espirales, permitieron a los marineros determinar la longitud con mayor precisión, revolucionando los viajes y el comercio marítimos.



Reloj de pulsera
Naturalmente, existe cierto debate sobre cuál fue el primer reloj de pulsera y cuándo se creó. Sin embargo, la mayoría de los expertos en relojería coinciden en que la pieza regalada a la reina de Nápoles (1780) por el relojero francés Abraham-Louis Breguet es la candidata más probable. En 1868 Patek Philippe fabricó un reloj de pulsera para la condesa Koscowicz de Hungría, y éste posee el Récord Guiness. Adicionalmente, no hay que dejar fuera al Santos de Cartier, fabricado por Louis Cartier para su amigo Alberto Santos-Dumont, que determinaría -finalmente- que el reloj pase del bolsillo a la muñeca en 1904.




Tourbillon
Abraham-Louis Breguet tuvo una de las ideas más excepcionales dentro de la relojería en búsqueda de la precisión. Creó y patentó el regulador tourbillon en 1801, un mecanismo que compensa los efectos negativos de la gravedad sobre el oscilador, incluyéndolo en una jaula que rota en la medida (más tradicional) de 60 segundos.

Cronógrafo
Louis Moinet fue el inventor del primer cronógrafo moderno, llamado “Compteur de Tierces”, alrededor de 1815-1816. Este dispositivo, diseñado inicialmente para astronomía, medía el tiempo con una precisión de 1/60 de segundo, utilizando un mecanismo de pulsador y tres totalizadores.

Repetición Minutos
La invención del repetidor de minutos se atribuye a diversas personas y épocas, y los desarrollos más significativos se produjeron en los siglos XVII y XVIII. La idea central de un mecanismo de sonería se remonta a finales del siglo XVII, y a Daniel Quare se le atribuye el primer mecanismo de repetición en 1687. Sin embargo, el desarrollo de un repetidor de minutos, capaz de marcar las horas, los cuartos y los minutos transcurridos desde el último cuarto, llegó más tarde, y a Thomas Mudge se le atribuye el primer repetidor de minutos en 1750. Otras figuras destacadas, como Breguet, realizaron mejoras y refinamientos adicionales, introduciendo el sistema de gong, que dio lugar al repetidor de minutos moderno.

Reloj automático
El mecanismo de cuerda automática, también conocido como perpetuo, fue desarrollado por primera vez en la década de 1770 por el relojero suizo Abraham-Louis Perrelet. Si bien inicialmente se implementó en los relojes de bolsillo, el concepto cobró relevancia posteriormente con la llegada de los relojes de pulsera, en particular gracias al trabajo de John Harwood en la década de 1920.

Cuarzo
El primer movimiento de reloj de cuarzo fue inventado en 1927 por Warren Marrison en los Laboratorios Bell. Este invento revolucionó la cronometración al utilizar la precisa frecuencia de vibración de un cristal de cuarzo para regular el tiempo, reemplazando el antiguo volante mecánico. Si bien su desarrollo inicial fue para relojes, sentó las bases para el primer reloj de pulsera de cuarzo, el Seiko Astron, presentado en 1969.

Swatch
La marca que, posteriormente daría nombre al mayor grupo de relojería, fue fundada en 1983 como respuesta a la “crisis del cuarzo” en la industria relojera suiza, que vio un auge de relojes de cuarzo económicos procedentes de Japón. Nicolas G. Hayek, el visionario detrás de Swatch, se propuso salvar la industria relojera suiza creando un reloj económico, de producción en masa y moderno, que pudiera atraer a un público más amplio. Esta innovación condujo a la creación del reloj Swatch, un revolucionario reloj de plástico fabricado en una cadena de montaje totalmente automatizada.


Silicio
El silicio ha revolucionado la relojería al ofrecer una alternativa superior a los materiales tradicionales en componentes de escape y espiral. Su introducción, iniciada por Ulysse Nardin en 2001 con el Freak, permitió fabricar piezas más ligeras, precisas y resistentes. En 2005 Patek Philippe presentó Silinvar en su referencia 5250 y posteriormente Omega le incluyó en su escape Co-Axial. Marcas como Breguet perfeccionaron aún más su uso, desarrollando un proceso de oxidación térmica del silicio para abordar la sensibilidad térmica.