Desde tiempos inmemorables, el diamante ha sido una de las piedras preciosas preferidas de los seres humanos. Las civilizaciones orientales fueron las primeras en conocerla. India, por ejemplo, ha dado al mundo los más hermosos diamantes, entre los que se destaca el famoso Koh-i-Noor (108 quilates), que ocupa el centro de la corona de la Reina Isabel II como parte de las Joyas de la Corona Británica.
La importancia del diamante no solo se cifra en su innegable belleza, sino también en su versatilidad, que ha sido bien aprovechada por diversas industrias, en especial la joyera. El diamante ha sido utilizado con frecuencia para simbolizar lo eterno, como en las creaciones de Messika, la joven casa que trabaja exclusivamente con estas piedras y las transforma en joyas de exquisito estilo minimalista. A través de esta guía podrás conocer los aspectos más importantes sobre el fascinante diamante y qué considerar antes de comprar uno.
Las cuatro cualidades de los diamantes
El diamante es una de las formas cristalinas del carbono elemental. También es el mineral natural más duro que se conoce. Cada diamante es único y posee cuatro cualidades: color, claridad, talla y peso en quilates. Estos son los estándares aceptados a nivel global para evaluar su calidad.
Talla
La talla es considerada la más importante de las cuatro cualidades, y es la única que se ve afectada por la mano del hombre. Es importante explicar que la talla y la forma de un diamante no son lo mismo. La talla de un diamante se determina en función de cómo interactúan con la luz sus facetas. La forma describe la apariencia geométrica de un diamante. La talla define cuál será la forma de un diamante en bruto, pero no al revés; por eso a veces nos referimos a las formas de los diamantes como tallas.
Tipos de tallas de diamantes
Existen tres tallas que se emplean para elaborar todas las formas de diamantes: la talla brillante, la escalonada y la mixta. La talla brillante es la distribución de facetas más famosa. La talla de diamante más brillante de todas es la de los diamantes redondos brillantes, formados por 57 o 58 facetas.
Los diamantes en forma cojín, ovalada, marquesa, pera y corazón también se tallan usando el estilo brillante de facetado y poseen un nivel de brillo similar al de los redondos brillantes.
Los diamantes en talla escalonada cuentan con facetas trapezoidales, de manera que recuerdan a unas escaleras. Este estilo de facetado realza el color y la claridad del diamante. La talla escalonada más conocida es la esmeralda. Por su parte, las tallas mixtas tienen una combinación de facetas brillantes y escalonadas.
Claridad
La claridad se refiere a las pequeñísimas imperfecciones naturales presentes en todos los diamantes, excepto en los más finos. Estas imperfecciones internas o externas son llamadas inclusiones. A un diamante se le califica como libre de imperfecciones si, bajo una ampliación de 10 aumentos, no es visible ninguna inclusión.
Existen varios sistemas internacionales de graduación para clasificar los diamantes: GIA, CIBJO, IDC, Scan D.N. e ISO. GIA considera que una piedra es perfecta cuando no presenta inclusiones, ni externas ni internas. Otros sistemas utilizan el término “Loupe Limpio”, con el que se indica que no presenta inclusiones internamente.
Color
Esta es la segunda cualidad más importante de un diamante, pues el grado de color afecta directamente el aspecto de la piedra. El color se refiere al tono natural inherente a los diamantes blancos. En la naturaleza, la mayoría de los diamantes blancos tienen un ligero tono amarillo. Cuanto más cerca esté un diamante de ser “incoloro”, más excepcional es. Los estándares para calificar el color se basan en la evaluación de cada piedra comparándola con un patrón de referencia y asignándole una calificación en forma de letra, de la “D” (incoloro) a la “Z” (amarillo claro).
Las variaciones cromáticas en torno al diamante han constituido desde siempre la esencia del legado de Messika. Un savoir-faire excepcional que hoy vemos en el corazón mismo de las creaciones de la Alta Joyería de la Maison.
Peso
Los quilates denotan el peso de un diamante, no su tamaño. La palabra quilate, o carat (ct), tiene su origen en una medida de la naturaleza, las semillas del algarrobo. El peso de los diamantes se determinaba tradicionalmente por medio de estas semillas; posteriormente, el sistema se estandarizó y se fijó: un quilate equivale a 0.20 gramos, (la quinta parte de un gramo).
El cuidado de un diamante
Aun cuando se afirma que un diamante “es eterno”, hay que cuidarlo para mantener su belleza. ¿Cómo? Principalmente evitando exponerlo a situaciones extremas y productos químicos fuertes y corrosivos. Hay que mantenerlos alejados de perfumes, alcohol, cloro, lejía o ácidos. También es recomendable evitar roces con otras joyas.
Lo mejor es visitar periódicamente a los profesionales para que le den mantenimiento, una vez al año como mínimo. Su trabajo, por lo general, no solo incluye el devolverle el brillo a la piedra, sino la revisión de que se encuentre bien sujeta a la joya de la que forma parte.
Los Diamantes Libres de Conflicto, el Proceso Kimberley
La evolución de la industria del diamante en las últimas décadas se ha dado de manera rápida y exigente. Lograr transparentar los procesos de su obtención resulta fundamental. Si bien los grandes productores siempre han estado alejados de los denominados diamantes de sangre, los niveles de exigencia legales en el control de este tipo de diamantes no eran tan fuertes en otros tiempos.
Los dramáticos acontecimientos ocurridos en determinadas zonas de África en la década de 1990 obligó a la Organización de las Naciones Unidas a tomar la iniciativa de eliminar los llamados diamantes de sangre de los mercados donde se comercializan estas gemas. El Proceso Kimberley desarrolló la legislación precisa para determinar cuáles son los Diamantes Libres de Conflicto y, por lo tanto, eliminar todo atisbo de ilegalidad en el sector del diamante.
¡Messika, en movimiento!
Valérie Messika, diseñadora de cada una de las colecciones de su marca, crea piezas dinámicas, balanceadas y muy lejanas a los estilos de la joyería tradicional. Move es una de las colecciones más representativas de esta marca. Tal como su nombre lo indica, ha logrado darle movimiento a los diamantes que se deslizan de manera divertida y original en cada una de las creaciones que la componen, enmarcadas casi siempre en un pavé de la misma piedra preciosa.
Valérie heredó el gusto por las joyas de su padre, André Messika. Él en la década de 1970 fue un aprendiz de relojero que al entrar a ese fascinante mundo descubrió al diamante. Años más tarde, se convirtió en uno de los comerciantes más importantes de Francia de esta piedra preciosa.
Naturalmente, la pasión por los diamantes se volvió un asunto familiar y Valérie, desde pequeña, se sintió atraída por los diamantes. Cuando llegó a la edad adulta decidió que su camino sería el de la joyería, pero no desde el punto de vista comercial, como venía haciéndose en su familia, sino desde el creativo. Su padre la apoyó con una condición: que no olvidara su fascinación por los diamantes. Y así lo hizo. Como ella misma dice: “Tengo la mirada entrenada para detectar el detalle más nimio, las sombras más sutiles y las características más imperceptibles”.
Aunque pudiera parecer hasta cierto punto una limitante el usar solo esta piedra preciosa, Messika ha logrado darle dinamismo a sus creaciones usando los diamantes en cualquiera de los cortes y tamaños.
Para disponibilidad de piezas de Messika consulta con nuestro Concierge (998) 157 9954, quien estará encantado de estar en contacto contigo.